miércoles, 13 de junio de 2012

Siria, la puerta de entrada occidental a Eurasia

por Jaime Duarte Mtz., Consultor en Imagen Pública y analista sociopolítico 

En el tablero mundial de ajedrez actual Siria representa, para Occidente, la puerta de entrada a una mayor presencia y control en Eurasia, el objetivo geopolítico más grande y ambicioso de cualquier potencia.

La Alemania nazi de Hitler, como el régimen comunista de la URSS de Stalin, sabían que la conquista geoestratégica de esa gigantesca masa de tierra (sobre la cual se asientan hoy Rusia, las ex Repúblicas Soviéticas, Turquía, China, Medio Oriente, Pakistán, principalmente) constituiría la supremacía global. La II Guerra Mundial y la llamada "Guerra Fría" nos confirman de un modo elocuente esa importante ambición histórica de acceso y aseguramiento de "ilimitadas" fuentes de energía.

Suponer, por tanto, que hoy la máxima potencia militar (ya no económica, por cierto) Estados Unidos (EU) y su fiel aliado, Europa (sumamente debilitado tras la crisis del euro) ha dejado de mirar y trabajar por extender su influencia en el contienen eurasiático tras el derrumbe del comunismo soviético en 1991, es pecar de ingenuidad e ignorar la real politik internacional.

La conquista militar y geoestratégica primero de Irak y luego de Afganistán por parte de Bush padre y Bush hijo, sumadas hoy a la pretensión de la administración Obama de invadir Irán (tras su próxima reelección en noviembre), forman parte de una meta estadounidense de largo plazo (por ejemplo, el acceso a grandes fuentes petroleras y la construcción de ductos). Y es en ese propósito latente, en el contexto igualmente volátil de la relación Israel-Palestina, que Siria aparece como la antesala para lograrlo. Una vez conseguido, Irán sería el próximo y último objetivo militar en la zona, ya totalmente a fin a los intereses geoeconómicos de Washington.

Es en este contexto de lucha global en el que el actual régimen sirio de Bashar al Asad debe ser retirado o aniquilado. Para ello la CIA puso en marcha desde hace 15 meses una gradual pero despiadada estrategia de revuelta interna (como hizo en los '60 en Centro América o Europa Oriental en los '80) que, bajo las mismas banderas de libertad, democracia y respeto a los derechos humanos busca derrocarlo -tal y como sucedió exitosamente con diversas protestas "ciudadanas" contra el líder libio Muamar Gadafi y el presidente egipcio Hosni Mubarak-, en una extraña "ola libertaria" contra gobiernos aferrados al poder-.

Sin embargo, ante la dificultad de hacer rodar la cabeza del presidente sirio, Estados Unidos y Gran Bretaña han expresado su deseo de realizar una intervención militar en Damasco (ahora bajo el pretexto de evitar un mayor baño de sangre dados los inmisericordes bombardeos del gobierno contra los rebeldes y la población civil, al borde de una revolución social) sin tomar en cuenta el plan de paz propuesto por Kofi Annan, emisario de la ONU. La propia Liga Árabe -aliada a EU- ha pedido al organismo ir más allá de sanciones diplomáticas.

Es ante esta potencial amenaza de "Occidente" en la convulsionada región de Medio Oriente, que se comprende mejor la destacada reunión del 6 de junio, en Pekin, entre Vladimir Putin de Rusia y Hu Jintao de China. Ambos líderes se manifestaron de forma contundente "en contra de los intentos de solucionar la crisis de Siria con una intervención militar exterior, así como de imponer... una política de cambio de régimen". Incluso, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, dijo en Pekín que un cambio de régimen en Siria conduciría ese país a una "catástrofe".

Casualidad o no, por cierto, el pasado martes Putin (triunfador de unos cuestionados comicios), enfrentó la protesta de más de 100,000 manifestantes inconformes con sus nuevas y duras leyes en contra de las protestas. ¿Habrá participado también la CIA en la movilización, como acusó el propio líder ruso a Washington de actitud injerencista en las elecciones pasadas donde participó?

La tensión regional se alimenta igualmente del reclamo de Moscú, desde noviembre pasado, en contra de la instalación de un "escudo antimisiles europeo" desplegado por EU en las fronteras con Rusia, cuya pretensión es observada por las autoridades rusas como una amenaza seria a sus seguridad.

Como ya he señalado previamente en este blog, cada vez más suenan los "tambores de guerra" en Medio Oriente. Estamos ante un potencial conflicto bélico que podría escalar a una verdadera contienda internacional entre las más importantes potencias por la conquista y defensa de Eurasia. ¿Habrá triunfadores? ¿Habrá territorios qué repartir tras la guerra?

Estemos al pendiente de los próximos acontecimientos en el segundo semestre de 2012.

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